Caminos Espirituales

«Antes creíamos que el hombre espiritual era el hombre religioso, el hombre que seguía determinado tipo de religión, o que era místico, pero es que los caminos que van al Señor son incontables y son infinitos, porque cada persona tiene un tipo definido de camino que lo lleva a Él. Esto debe ser recordado porque en el fondo de cada uno siempre existe el deseo de atraer y de convencer a los demás,…»

Las Leyes de Evolución del Hombre Barcelona,  1 de Agosto de 1974

Me pregunto ahora tras esta afirmación si admitirían ustedes como correcta la idea de que “este más conveniente camino a seguir”, nacido de nuestra profunda capacidad de investigación, es precisamente el Camino que señala nuestro RAYO espiritual, aquel que condiciona nuestras más elevadas aspiraciones y matiza profundamente nuestra vida de ansias supremas de libertad.

Ustedes objetarán seguramente que hay una infinita libertad de elección en lo que respecta a “caminos a seguir” y que debido a esta eximia libertad, totalmente incondicionable en sí misma, nos resultará sumamente fácil establecer caminos y crear metas y destinos, aunque no estén de acuerdo con las orientaciones de nuestro RAYO espiritual. Esta es una verdad lógica e incuestionable y es debido precisamente a la manera ligera e impremeditada que establecemos caminos internos que nos alejamos de nuestro verdadero RAYO espiritual y llenamos nuestra vida de tensiones, de conflictos y de temores.