La atención: un principio de la naturaleza

Interlocutor. — Hay una anécdota de Buda cuando está explicando en un sermón, precisamente lo que él llamaba la ciencia de la atención, diciendo que era la máxima ciencia, la máxima enseñanza que se podía dar en aquel momento a la raza. Y uno de sus más allegados discípulos le dijo más o menos como decía Ana, que tenía problemas, ¿no? ¿Qué debía hacer para solucionarlos? Y le dijo Buda: “¿Tienes un pañuelo?” Le dio el pañuelo, lo cogió,  claro y era de seda ¿no? Dice: ¿qué he hecho?… Dice: “un nudo”. ¿Te has fijado bien? ¿qué he hecho?…” “Un nudo”. ”¿Lo has visto bien?, ¿qué he hecho?”… “Un nudo”. Dice: “Todos nosotros estamos llenos de nudos, ¿qué hay que hacer para deshacer estos nudos?… Se quedó pensando y dice: “Pues hacer exactamente lo contrario que se ha hecho para hacer este nudo”. Dice: “Sí, pues a través de esta atención sabrás cómo se te ha hecho el nudo y sabrás cómo deshacer el nudo…

Vicente. — Yo digo que hay que hacer la experiencia. Sucede que bueno, Vicente dice que hay que estar atentos constantemente, y  naturalmente el estar atentos para vosotros presupone una disciplina y entonces Vicente está negando lo que está diciendo. Pero es que vosotros buscáis el resultado, no queréis experimentar, queréis un resultado inmediato. Entonces, si no puedes mantener todo el día la mente en la observación, en la expectación, no os preocupéis, pero siempre que podáis estad atentos, porque entonces se hará espontánea la atención, no tendréis que preocuparos de la atención, pero no lo toméis como disciplina: la atención es una necesidad, no una disciplina, es una ley, es un principio de la naturaleza.

La atención que tiene el gato esperando a la rata es expectación en aquel nivel, o la cigüeña esperando en el río, o el buitre sobre la presa a larga distancia; esa atención no la tenemos nosotros y, por lo tanto, no llegamos nunca a la iniciación, o nos parece que hacemos poco, y para llenar este vacío que creemos que hemos hecho estamos buscando disciplinas y llenamos el recipiente de disciplinas pero no de vida. No sé si entendéis qué trato de decir, porque todos estáis diciendo: “Sí, estoy atento” y entonces os acusáis porque no estáis atentos. Y Cristo decía: “Levántate y anda”; dejas la atención, no te preocupes, vuelve a la atención. Ahora estamos atentos a algo que nos interesa mucho olvidando lo demás.

Conferencia de 28 de junio 1984