Pregunta – Yo quisiera saber cómo se puede hacer para conjugar la vida cotidiana, el matrimonio, los hijos, con las crisis iniciáticas que a veces nos toca atravesar.
Vicente – ¿Qué es exactamente una crisis iniciática? Una crisis iniciática es la suma de muchas pequeñas crisis en la vida personal, no es algo que sale como sale una seta en el bosque, y aún sabemos que la seta tiene su principio y su causa, pero no surge espontáneamente sino que es el resultado de muchos esfuerzos, de muchas luchas, de mucho sufrimiento, de mucho
dolor. La crisis iniciática está aquí y ahora en su vida privada, en su vida personal, en su vida familiar, en su vida profesional, en su vida social, en todo el mundo que le rodea, no se puede crear una crisis iniciática con sólo decir: “voy a crearla»; se va creando por el sólo hecho de estar viviendo.
¿Acaso no sufrimos todos? Sea cual fuere la motivación que forma parte de este sufrimiento incesante, pues si estamos sufriendo es porque estamos atravesando crisis, cada crisis genera una energía y esta energía acumulada constituye una crisis iniciática.
Y aquí hay que hablar de cómo afrontar entonces una crisis iniciática, de la manera más sencilla: reduciendo las tensiones de
nuestra vida familiar, la vida de nuestro matrimonio, la vida de nuestros hijos, la vida de nuestro entorno social, adaptándonos simplemente, no hacer de nuestra búsqueda espiritual un motivo de conflicto familiar.
La mejor de las meditaciones, el mejor de los Yogas es vivir en armonía en el ambiente donde el Karma nos ha situado y así evitaremos mucho sufrimiento. No podemos dividir nuestra vida social o familiar de lo que llamamos la liberación o la iniciación; es lo mismo.
Conferencia de 16 octubre 1985
Tal como se halla escrito en uno de los Libros Sagrados de la Logia, …“hay una paz que a toda comprensión trasciende, es la Pazde los Maestros, de AQUÉLLOS que moran en lo eterno”.
Una ligera brisa de esta paz, insuflada en el corazón del discípulo por la Voluntad del Maestro en momentos de dramática tensión crea las requeridas condiciones de serenidad mental y estabilidad emocional para poder soportar sin desfallecer, las más arduas pruebas y duras disciplinas de la vida personal. Es muy frecuente así, el éxtasis de la contemplación en los momentos de soledad más profunda. Se trata de un silencio de paz entre dos sonidos de crisis. El resultado es “visión” y sus consecuencias inmediatas son el estímulo y la fuerza para seguir hollando el Sendero hacia la Meta.
«La Jerarquía, los Ángeles Solares y la Humanidad» 1ª Edición Electrónica, El Misterio de la Paz, pág 102
El hombre, o el ser humano, siempre tiene ante sí a la Vida de Dios reclamando su atención incesante. No se trata de meditar siguiendo una disciplina determinada para alcanzar esta suprema realidad, no se trata simplemente de alcanzar ciertos grados del Yoga supremo de la acción; se trata simplemente de comprender, de estar atentos a todo cuanto sucede dentro y fuera de nosotros mismos; si olvidamos esta ley se perderá en nosotros el éxtasis de la existencia, pues en el fondo buscamos este éxtasis, esta felicidad suprema que no nos han dado todavía las religiones, los movimientos políticos, religiosos y económicos dentro de nuestra sociedad organizada.
Como les decía y voy a terminar para que hagan preguntas ustedes en cantidad, diré solamente una cosa: todo está en ustedes, todo está en mí, todo está en nosotros. No se trata de buscar una nueva fórmula, un nuevo ideal, un nuevo Maestro, un nuevo Gurú; todo esto ha fracasado. Los movimientos espirituales con guías siempre fracasarán porque la ley del hombre es el propio hombre, es la Vida, la Verdad, el Camino. Solamente existe una ley, la ley que nada tiene que ver con organizaciones de tipo social, o religioso, o económico, es la libertad genuina de la Vida en nuestro propio corazón. Tratemos de hallarla ahí.