El Silencio y la Palabra

Nos hallamos, como verán, al principio de un nuevo orden de cosas y al borde de unos grandes y profundos cambios en el orden social y humano, debidos a la presión ejercida por la Constelación de Acuario sobre la totalidad del planeta. Pero, no olvidemos en ningún momento que tales transformaciones individuales y sociales no adquirirán aspectos positivos de identidad planetaria si no entrevemos en una cierta medida la influencia de los Ángeles, de los Devas o de las Energías Individualizadas de la Naturaleza en la vida de la humanidad.

Deberán ser verificados grandes intentos en tal sentido, singularmente en lo que respecta a los aspirantes espirituales del mundo, algunos de los cuales, profundamente impresionados por los grandes avances científicos y tecnológicos de los últimos tiempos, han dejado un poco de lado quizá la Regla de Oro de los discípulos en no importa qué edad de la historia planetaria, cuyo objetivo era y ha sido siempre crear «Magia Blanca” en sí mismos y a su alrededor, una tarea de la más elevada trascendencia, imposible de ser realizada si no ha sido establecido un previo y consciente contacto con los augustos Devas que desde el principio de las edades estuvieron entrañablemente vinculados al karma de los hijos de los hombres.

Hay que reconocer, por tanto, ya que de no hacerlo avanzaremos muy lentamente por el Sendero de la Evolución, que los Ashramas de la Jerarquía, a los que todos sin excepción deberemos acceder algún día, han seguido fielmente aquella Sagrada Regla de Oro, la cual está basada en la comprensión del significado intimo y profundo del SILENCIO DEL CORAZÓN que permite a los verdaderos discípulos «ver y oír» en los mundos invisibles y, más adelante, cuando la palabra haya perdido para siempre la posibilidad de herir, adquirir el poder de «invocar a los dioses inmortales», es decir, a los Ángeles o Devas que realizan su evolución paralelamente a la de los seres humanos.

Podríamos decir al respecto que algunas de sus esplendentes Jerarquías están tan íntima y estrechamente unidas a la vida de la humanidad que pueden intercambiar sus experiencias angélicas con aquellos hijos de los hombres que posean sensibilidad espiritual y hayan desarrollado en una cierta medida el amor a la Raza. Según se nos dice esotéricamente, algunos de estos Ángeles pasaron anteriormente por la evolución humana y son «tan extraordinariamente conocedores de la psicología del hombre» que saben de sus más ocultos y profundos deseos y de sus más elevadas aspiraciones. No es en vano, pues, que en literatura esotérica se les denomine con justicia «Ángeles Familiares».

Extracto tomado del libro “Estructuración Dévica de las Formas”

24 julio 2008

 

Meditación y creación

ACERCA DE LA MEDITACIÓN

Aprovechando la gran corriente cíclica que, operando desde todos los niveles posibles de percepción, está presionando las mentes y los corazones de los seres humanos atrayendo cada vez más su atención hacia el tema meditativo, hemos considerado que sería interesante tal vez, presentar acerca del mismo un tipo de visión ashrámica libre de complicaciones técnicas. Trataremos de hacerlo, tal como es nuestra costumbre, desde el ángulo de nuestra propia experiencia y dejando de lado las consideraciones generales y comunes que, frente al devenir de los grandes acontecimientos zodiacales, aparecen como algo yerto, frío o estéril. Nuestra visión acerca de la Meditación será genuinamente universal, arrancando de los grandes Arquetiposuniversales y haciendo converger estos Arquetipos en el centro mismo de la sociedad humana, cuya meta infinita en orden a la conciencia social, es la redención del ser humano.


Es evidente que la ciencia de la meditación, como técnica de contacto trascendente, tiene sus raíces en lo más profundo e inefable de la creación del Universo. Cuando decimos, por ejemplo: "en Él vivimos, nos movemos y tenemos el Ser", estamos expresando nuestra relación y unión con Dios, estamos realmente proclamando que Dios medita y que nosotros somos el  fruto de esta meditación o creación y que todo cuanto existe en la vida particular, familiar, profesional y social, no es sino el fruto de las meditaciones y creaciones de los hombres. Esto sólo como un leve indicio del aspecto trascendente de la meditación, como el elemento de vinculación entre Dios y el ser humano y que al llegar a cierto definido punto se convierte en creación. Tal como iremos viendo conforme vayamos adentrándonos en el tema, meditación y creación son términos sinónimos y aspectos consubstanciales de la vida de todo ser viviente y de toda cosa creada. El vínculo entre meditación y creación se puede hallar en el amplísimo sistema de relaciones que el hombre puede establecer con las cosas que le rodean, con las personas con las cuales entra en contacto y con la propia divinidad infundida en su propia vida y expresándose como Yo Espiritual. En el primer caso, en el de relación con las cosas que le rodean y que constituyen su medio ambiente, el hombre desarrolla el intelecto, en el segundo, en su vinculación con los demás seres humanos, desarrolla el aspecto amor y en el tercero, en su íntima unión consigo mismo buscando el propósito o móvil que rige y condiciona su vida, se va acercando a Dios y desarrolla el aspecto dinámico de la voluntad. Como verán, hemos sintetizado muy rápida y sencillamente los tres grandes aspectos meditativos que constituyen en su totalidad la vida de cualquier ser humano y que, conforme iremos analizando, representan los tres estadios o fases
evolutivas de la meditación de la Divinidad tal como se va expresando o exteriorizando a través de nosotros. 

(Extracto tomado del libro “Los Misterios del Yoga”, página 147   Edición Electrónica nº 1, Asociación Vicente Beltrán Anglada.)

17 julio 2008

El Centro Universal de Síntesis

La naturaleza entera, con sus planos, reinos, razas y especies vivientes marcha hacia un supremo objetivo de perfección. Yo definiría simplemente como Síntesis a este objetivo permanente en la vida de la Naturaleza. El propio Logos Solar se adaptará seguramente también a este proceso cualificador del Cosmos y quizás tendrá asimismo dentro de la dilatadísima esfera de Sus percepciones la visión de esta infinita Meta, cuyo alcance y perspectiva son tan esplendentes que escapan por completo al más elevado entendimiento humano.
 
Si nos atenemos, tal como es de rigor en los estudios esotéricos, al principio de analogía orientado constantemente hacia el destino cósmico de todo lo creado, deberemos admitir que el Propósito de la Divinidad «dentro de la Cual vivimos, nos movemos y tenemos el ser», se halla perpetuamente orientado hacia un muy cualificado objetivo de Síntesis, que es un Arquetipo de Amor expresado a escala cósmica.
 
Extracto tomado del libro “Introducción al Agni Yoga”

Sobre los Hechos Kármicos que tienen lugar en nuestro planeta

Tales hechos son una expresión de lo que en lenguaje esotérico definimos como las oportunidades cíclicas de la evolución, constituyendo una compleja aunque maravillosa red de acontecimientos misteriosamente relacionados que se transmiten vida tras vida, creando el engarce magnético de la historia del pasado con los hechos del presente y siendo trasladados luego al futuro en forma de oportunidades de redención y liberación. El desarrollo de los hechos y la calidad de la historia planetaria son consubstanciales con la evolución del ser humano, siendo la humanidad en su conjunto el eje mágico alrededor del cual gira la evolución total del planeta, ya que se halla situada en el centro de los tres Reinos inferiores, el mineral, el vegetal y el animal y los tres superiores. De ahí la importancia del Reino humano y del karma de la humanidad, un recipiente mágico del misterio de revelación que deberá convertir al hombre en un dios en la vida de la Naturaleza y en un transmisor del gran legado cósmico del que es depositario, pues él, a igual que los Hombres Celestiales, posee los átomos permanentes, uno para cada vehículo de manifestación, mediante los cuales puede registrar todos los hechos y acontecimientos que suceden dentro y fuera de sí y proyectarlos al futuro en forma de recuerdos o memorias vivas de todas las experiencias psicológicas individuales y comunales realizadas en el devenir de su vida kármica, siendo los Ángeles del Recuerdo, Agentes del Gran Señor Kármico denominado esotéricamente la MEMORIA CÓSMICA, los encargados de grabar con caracteres indelebles en la vida del Alma humana todos los hechos y acontecimientos que constituyen sus experiencias en el tiempo.
 
“Los Ángeles en la vida social humana”, página 76   Edición Electrónica nº 1
 

 

La facultad de premonición

Otro tipo de experiencias astrales tiene que ver con la facultad de la premonición que sin distinción alguna poseen todas las personas de cierta evolución espiritual. Esta facultad se revela mucho más fácilmente durante el período del sueño, aunque a veces y bajo ciertas circunstancias, es posible exteriorizarla durante el tiempo de vigilia. Muchas veces suelo “prever” ciertos hechos relacionados con mi trabajo o de acuerdo con mis múltiples contactos sociales y si bien no siempre me sirven de ayuda, porque habitualmente suelo seguir muy atentamente el desarrollo de los hechos y de los acontecimientos dentro y fuera de mi mismo y no estoy preocupado por el futuro, frecuentemente estas premoniciones sirven para aclararme determinadas circunstancias en el devenir de mi existencia. Por ejemplo, una noche soñé que mi primer libro “La Jerarquía, los Ángeles Solares y la Humanidad” estaba ya siendo editado. Vi su tapa color rosa y el dibujo blanco del loto, el índice y el número de páginas e incluso llegué a detectar unas faltas que debían ser corregidas. Esta edición tardó todavía unos seis o siete meses antes de ser puesta a la venta. Cuando la Editorial Kier me envió los cinco ejemplares del libro, tal como se halla estipulado en las relaciones de la Editorial con el autor, pude comprobar que mi sueño había sido técnicamente una perfecta demostración de la facultad de premonición. El color de la tapa, el dibujo, el índice y aún las faltas apreciadas aparecieron tal como yo lo había percibido. En cualquier momento del tiempo y en alguna específica región del espacio yo había vivido un hecho futuro, lo cual me indicaba que el futuro no deja de ser un hecho presente cuando la percepción de la conciencia se eleva a un nivel superior.