¿Responderemos al dictado crístico?

 Interlocutor. — Yo quería hacer referencia a lo que ha dicho anteriormente, el simbolismo del Cristo de que “yo volveré y todos me verán”, es decir, que la doctrina de Cristo no ha sido enseñada ni expuesta, Él dijo: “yo volveré y todos me verán”, esto es un símbolo porque lo que hemos pasado es la época de crisis que Él también enseñó, lo que el hombre tenía que pasar crucificado, pero lo que Él dijo, su verdad, su  doctrina, ésta aún tiene que venir, pero que esto que vendrá en la época de Acuario, cuando venga la luz será la doctrina de Cristo que no la sabemos, la doctrina de Cristo que será la que Él dice: ”Yo volveré y todos lo verán”, esto es simbólico, su verdad, su doctrina, que no sabemos nada referente a lo que ha dicho aquí Leonor, no sé, ¿qué te parece?

Vicente. — Bueno, puede ser así. Esperemos que venga, pero no vendrá si somos como ahora, si no cambiamos, porque, fíjense bien, la venida de un Avatar de la categoría de Cristo exige un trabajo de preparación de muchas épocas, no viene así, “voy a presentarme a ver qué pasa”, no. Se realizó con Cristo, un gran experimento, digamos, cósmico, y fracasó, lo vemos que ha fracasado, un momentito, cuidado y estén atentos a lo que voy a decir: no ha fracasado el Cristo, ha fracasado la humanidad, cuidado con esto, entonces, la Jerarquía, Shamballa, las fuerzas cósmicas que operan a través de estos dos centros, planearon la venida del Cristo como planean la venida de los grandes Avatares, viendo las posiciones cíclicas de los astros, contando con grandes ángeles y arcángeles con ciertas energías que provienen precisamente de aquellos astros, ¿y qué pasa?, siempre se encuentran con que la humanidad no responde, entonces cuando se refiera en todos los manuales de tipo teosófico, de tipo esotérico haciendo un énfasis sobre la venida de Cristo, hay que ser muy precavidos y pensar primero: ¿estoy preparado para que Cristo penetre en mi corazón? Solamente esta pregunta debe de llevar a nosotros a la conclusión de que no depende enteramente de Cristo, de la Jerarquía, o de Shamballa, y ni del Logos Planetario, ni aún del Logos Solar, sino que depende única y exclusivamente de la humanidad el que un esfuerzo creador como puede ser la venida de un Avatar tenga un éxito, y entonces este éxito sea aprovechado para la continuidad apostólica de los Hijos de Dios, tal como se dice en todos los manuales bíblicos que conocemos, y que en esto tienen razón, la continuidad  del proceso inmenso de la vida evolutiva que no conoce estancamientos, o no debiera conocerlos. Todo depende del ser humano, todo depende de la actitud del hombre frente a la vida, todo depende de la calidad de sus actividades, todo depende finalmente de su capacidad invocativa, de ese tremendo poder que lo  eleva a las más elevadas consecuencias cósmicas, y a partir de aquí automáticamente surge la respuesta del hombre aceptando el desafío, y si se acepta el desafío es que somos discípulos de Cristo, sea cual sea nuestra condición social, no hay que ser pescadores todos, pueden ser otra cosa ¿verdad? Bien, se trata de eso simplemente. ¿Responderemos al dictado crístico? ¿Y de qué manera responderemos? ¿Seremos capaces de vivir esa tremenda vida invocativa que nos exigen los tiempos? Depende de nosotros.

Conferencia 9 septiembre 1978

 

Atención y Voluntad de Dios

 Interlocutor. — Si utilizamos el tiempo hacemos la geometría típica, en cambio si se profundiza en el espacio la geometría es esotérica y viene la intuición y es cuando podemos alcanzar esos niveles ya cósmicos…
Vicente. — Entonces, fíjense bien, hasta aquí hemos crecido con la idea de que cuanto más poseamos, incluso en el reino espiritual, más valores espirituales tendremos, y resulta que es lo contrario, que para crecer en el mundo de Dios –si podemos decirlo así- hay que decrecer en el mundo humano, en el mundo psicológico; significa esto que debemos llegar a un estado de máxima simplificación, y cuando la mente del hombre está convenientemente simplificada solamente queda la glándula pineal actuante en el centro Coronario ¿para qué queremos más? Y desde la cúspide se ordena todo el contenido físico y psicológico de acuerdo con la Voluntad de Dios porque la Voluntad de Dios está en aquel punto. Una mente vacía, en el sentido creador de la palabra, una mente silenciosamente expectante, tal como he aconsejado al principio de la disertación como introducción a los misterios del reino, indica que la atención con la cual estamos tratando de abarcar el sentido de las cosas es tan profundo que ha desaparecido de nuestra mente la capacidad infinita de crear imágenes, podemos crear imágenes en otras dimensiones que viene a ser lo mismo, pero al menos nuestro cerebro tridimensional no puede captar ya nuestras experiencias internas. ¿Se dan cuenta del proceso? Si hay atención la mente se sosiega, se serena, queda expectante y en ese estado de expectación el hombre está desarrollando la glándula pineal, está proyectando el intelecto hacia la intuición, está unificándose, siquiera levemente, con la Voluntad de Dios, porque atención es sinónimo de Voluntad, y de Intención, que es el principio creador del universo.
 
Conferencia de 8 de septiembre de 1979

 

Observación de los pensamientos

Podíamos decir también que uno de los sistemas utilizados en ciertos ashramas es observar los pensamientos, observarlos simplemente, no adhiriéndonos a los pensamientos, porque la adherencia a un pensamiento lleva a la confusión mental, a la vorágine mental, al remolino, a esta fuerza impulsiva que deja la mente en poder de los pensamientos y entonces ya no se convierte en un instrumento del pensador. Pero si tenemos esta fuerza impulsiva en la mente, que es la intención, entonces puede cambiar radicalmente.
 
Un pensamiento vigilado, un pensamiento profundizado deja de ser, queda destruido porque todos están constituidos de substancia mental, entonces lo que hay que buscar es que el pensamiento no se adhiera a la substancia mental, y esto solamente puede hacerse cuando se examina el pensamiento, o el grupo de pensamientos, en profundidad, observándolos directamente.
 
Conferencia 28 junio 1984
 

Los Misterios Sagrados de la Divinidad

Ateniéndonos a las sagradas reglas de la sabiduría hermética, leyes ineludibles para el discípulo, debemos decir que la misión principal de un Ashrama es el restablecimiento de los Misterios Sagrados de la Divinidad, debiendo entender concretamente por Misterio el Poder celestial revelado progresivamente en el hombre. Este es el más grande de los poderes, aquel que hizo exclamar al Cristo “Buscad primero el Reino de Dios…”, el que está más allá y por encima de todas las cualidades y facultades que pueda desarrollar el hombre.

La riqueza, símbolo de poder en todos los planos de desarrollo de esta entidad que llamamos hombre, sólo tiene un valor muy relativo y circunstancial. Las grandes posesiones materiales, las grandes conquistas intelectuales, las potentes emociones del idealismo creador, las más exaltadas facultades psíquicas, etc., son algo inherente a los vehículos de manifestación del Alma, sus reflejos en los tres mundos, pero a menos que no descansen sobre una potente base de recta intención y de sinceros propósitos de vida (las verdaderas llaves del Reino), tales riquezas serán sólo un lastre que impedirá que el Alma del aspirante se remonte y pueda gozar del privilegio de un Misterio revelado.

El símbolo claro de un Misterio se aprecia en la Naturaleza, en sus manifestaciones armónicas y cíclicas. De la misma manera que los antiguos templos iniciáticos adoptaban en sus enseñanzas el orden cíclico y natural y consideraban el cuerpo humano como símbolo supremo del Universo, así el hombre cuyo cuerpo, por la Gracia divina es “un Contenedor de Misterios”, debe habituarse a reflejar en sí mismo y en sus relaciones, la armonía y el equilibrio de la Naturaleza. De ahí que la expresión habitual y más gráfica de un Iniciado, es decir, de Alguien que ha colmado en Sí mismo la expresión de un Misterio universal, es de CONTEMPLACIÓN. Contemplar es reproducir por semejanza la magnitud divina de lo que revela la Naturaleza.

Una de las prácticas asiduas del Ashrama en este orden de cosas, es la técnica de la contemplación. El Maestro la define “técnica sagrada de contacto” y su expresión más concreta, la que se halla en la base de muchas vidas humanas, místicas, filosóficas y esotéricas, la define “serena expectación”, siendo sus fases iniciales, en lo que al común de los aspirantes se refiere, la práctica del silencio; silencio de palabras, silencio de deseos y silencio de pensamientos.

Así, la base de un Misterio descansa siempre en las normas clásicas de purificación; sencillez de mente, pureza de corazón, humildad sincera, humanidad exquisita. No tienen mucho valor en este sentido los grandes alardes intelectuales o técnicas de ciertas mentes que el vulgo considera “privilegiadas”, o las grandes posesiones materiales cuyo poder se disputan la mayoría de los hombres. El Misterio está infinitamente más allá de todas estas cosas; es la Luz que viene de lo Alto, el Poder que renueva, “el Grito Lejano”que resuena únicamente en el corazón de quienes mucho han sufrido y experimentado. Y, pese a todo ello, el Misterio está aquí, en lo más inmediato, presente en todo cuanto existe y en la expresión de toda humana característica. Respecto a esta cuestión nos dijo el Maestro un día: “No hay que buscar el Misterio o conjunto de Misterios, como una conquista humana sino como una herencia divina. Dejad pues que el Misterio se haga carne en vosotros, dejad de ofrecerle resistencia. Quiero significaros con ello que no debéis tratar de vivir en Cristo, a la manera tradicional sino que Cristo viva en vosotros. No invirtáis términos pues estos confunden. En definitiva, el MISTERIO sois vosotros mismos, y como el MISTERIO, que es la Vida de Dios, está también en todas las cosas, en la justa medida que dejáis de oponeros a los hechos, personas, acontecimientos, estados de ánimo, etc., la gloria del Misterio surgirá de vuestro interior y se derramará sobre el mundo que os rodea como una bendición”.

La Jerarquía, Los Ángeles Solares y la Humanidad, Págs 53 y 54 1ª Edición Electrónica

Vida eterna y Propósito

Interlocutora. —Sí, yo quería decir lo difícil que es el poder parar la mente,ya que normalmente somos pensados, no pensadores, y para ello la disciplina no debe existir; entonces me cuesta mucho el parar la mente. Llevo muchos años incluso en cosas…

Vicente. — Bueno, es que cuando hablamos de paralizar la mente lo hacemos a la manera tradicional, el de la disciplina es cuando, por ejemplo, un tren va a cien kilómetros por hora y el maquinista quiere frenar de golpe. La disciplina es esto: querer frenar de golpe ciertas impresiones psicológicas; pero realmente si la persona no tiene prisa, no se preocupa demasiado, solamente tiene la intención. La intención es básica, no solamente en paralizar la mente, sino en el éxito de cualquier empresa, porque habitualmente el discípulo  –vamos, digamos, el discípulo, todos somos discípulos de algún grado– suele tener estas impaciencias, son muy lógicas porque no comprende que la vida es eternay que por lo tanto el tiempo no altera fundamentalmente el propósito; y si se mantiene el propósito, de hecho se está uno poniendo en contacto con la propia eternidad; por ejemplo la intención de tener la mente en silencio, ¿tenemos la intención realmente?… Porque la intención ya es meditación, ya en cierta manera es expectación serena, ya es ver la cosa como si estuviese realizada. Por ejemplo, si yo tengo que ir a mi casa, la intención de base es “voy a mi casa”, pero no me preocupo durante todo el trayecto de que voy a mi casa, voy a mi casa simplemente. Me parece que fallamos mucho en la intensidad de la intención, no solamente en este caso concreto de dejar la mente en silencio porque nos afectan los pensamientos y queremos detenerlos.

Conferencia de 28 junio 1984