«Pedid y se os dará»: El poder invocativo del hombre

Entonces, se exige de nosotros, si es que aceptamos la responsabilidad de discípulos, la voluntad de realizar aquello por lo cual suspiraron todas las razas del pasado pero que nunca se decidieron a hacer, es decir, el poder de realizar la vida en términos de comprensión, una comprensión plena, una actitud decidida frente a todo cuanto nos ocurre, frente al gran conglomerado de la situación social con sus múltiples facetas, hasta llegar un momento en que estamos frente a una  puerta, una puerta que exige ser franqueada, y hay que llamar a esta puerta y hay que pedir ayuda, ¿y cuál es la naturaleza de esta puerta y cuál es la naturaleza de esta ayuda? Yo digo que Cristo cuando enunció  la máxima sentencia de “llamad y se os abrirá, pedid y se os dará”, estaba refiriéndose precisamente a la oportunidad de todos los tiempos, el poder invocativo del hombre. Hasta aquí hemos invocado porque el hombre, y con el hombre, todos los seres de la Naturaleza son eminentemente invocativos, quiere decir que están invocando constantemente fuerzas de arriba, pero ¿qué ocurre?, ocurre que no se hace conscientemente, lo cual significa que la mayoría de energías del  esfuerzo creador se pierden, se diluyen por falta de dirección, ¿y quién es el responsable del problema humano?, solamente nosotros como individuos. Estamos tratando de realizar algo que tenga realmente su razón de ser para esta época, y una de las cosas que podemos realizar es invocar la fuerza de estas energías individualizadas en todos los niveles o estructuras psicológicas de nuestro ser para producir un cambio total en los asuntos mundiales, y a esto se llama ser prácticos, ser esoteristas, ser un ciudadano del nuevo mundo. ¿Se dan cuenta? Es al propio tiempo un desafío a nuestra cualidad de investigadores, a nuestra cualidad de pensadores profundos, por fin estamos ahora precisamente en este impase, en este momento crucial en el cual vamos a atravesar definitivamente esta orilla o este mar sin orillas que es la vida, buscando como meta de perfección todo aquello que es realmente el principio y el fin de todas las cosas. Estamos laborando por algo que está más allá de nuestra mente, de nuestro corazón, que pertenece a  un sentido de valores a los cuales no estamos acostumbrados y por lo tanto la novedad nos inhibe, como inhibe siempre lo desconocido, lo desconocido siempre causa temor y la certeza de la vida causa siempre por un sinnúmero de factores providenciales, por así decirlo, que el hombre se ve por encima de su condición humana y penetre por vez primera ya para siempre en el reino de la Divinidad, en el 5º Reino de la Naturaleza al cual nos estamos refiriendo constantemente.

Conferencia 9 septiembre 1978

Discipulado y atención

El individuo por su propio karma, por lo que ha creado a través del tiempo, por la sinuosidad de su propia historia no puede ver las cosas claras y se equivoca; ahora bien, en la propia equivocación existe la capacidad de hallar una respuesta, de buscar una solución al problema mental. Pero antes de que el hombre sea realmente positivo en el aspecto mental debe haber sabido utilizar creadoramente la imaginación, que se dé cuenta de que todo cuanto existe es un campo de experiencia y de que la atención hacia el campo de la experiencia por sí sola, si esta atención es voluntaria y consciente, puede determinar dentro de su cerebro la creación o el desarrollo de ciertas células luminosas que le faltan para poner en contacto estas células con el Yo Espiritual, y cuando esto progresa en el mundo mental se llama antakarana, pero se parte de un punto de vista iluminado de atención en el centro ajna, se ponen algunas células conectadas con este centro ajna, o con el cuerpo pituitario, se pone en conmoción, se pone en ignición y entonces esta ignición hace que una respuesta de kundalini envíe algo de su fuerza a la mente para que ascienda hacia arriba; es como la propulsión de un cohete, y perdónenme ustedes pero es así, se proyecta desde abajo pero ascendiendo constantemente hacia arriba, pero dirigido el proceso siempre de una manera sabia, con discernimiento claro, tratando de buscar lo mejor de lo mejor. Si la persona es honrada consigo misma se dará cuenta de que su proyección encuentra muchas dificultades, las dificultades ambientales, el ambiente, la tradición, la historia, el recuerdo de lo que fuimos, el qué dirá la gente y el porqué somos diferentes de los demás, que nos incapacitan hasta el extremo de hacer que nuestras grandes resoluciones tengan una tendencia regresiva; hay que luchar con muchas cosas y, naturalmente, hay que acogerse siempre en el mundo esotérico a la línea de máximo esfuerzo, a la línea de máxima resistencia, no buscando las cosas fáciles y acomodaticias; el discípulo no busca nunca una cosa fácil, busca lo mejor de lo mejor y como estamos viviendo lo peor de lo peor aquí está el trabajo que debe hacer el discípulo o todos nosotros. Discípulo, fíjense bien, es un término con el cual estamos considerando, igual que desde tiempos de Cristo, a la persona que busca la verdad y que trata de revelarla a través de sus cuerpos expresivos a los demás.

Conferencia 9 septiembre 1978

Aquí y ahora: la gloria del presente

Si aquí somos conscientes somos conscientes allá y en todas partes, lo que falta es que seamos conscientes aquí, porque esta conciencia de aquí, este sentido permanente de atención hacia todo cuanto sucede dentro y fuera de nosotros es el arma de la cual se vale el Yo Espiritual para escribir nuevas páginas en la historia de nuestra vida planetaria, está embelleciendo, por así decirlo, el karma de nuestra vida, está progresando de lo físico a lo emocional, de aquí a lo mental y no se paraliza el ser en este punto, sino que asciende por las rutas de lo búdico, de lo átmico, buscando su propio dios, su propia Mónada y de aquí a la vida de las grandes iniciaciones de las cuales no tenemos noción. Pero todo está aquí, y es aquí donde hay que desarrollar este esfuerzo. Quisiera realmente que nos diésemos cuenta de que existe actualmente una gran oportunidad, esta oportunidad no está ausente de ninguno de los momentos de nuestra vida, de nada de lo que estemos realizando, ni de los pensamientos que seamos capaces de emitir, ni de los sentimientos que pueda segregar nuestro ánimo, ni tampoco de cada una de las palabras que inconscientemente a veces estamos pronunciando; todo está en nosotros. Y si queremos embellecer el tabernáculo, siendo el tabernáculo este estuche misterioso conocido de la mente, de la emoción, de la conducta del ser humano, deberemos estar atentos a la gloria del presente, tratando de vivir por anticipado como verdaderos discípulos del Maestro, sabiendo por anticipado que no podremos llegar al Maestro sin pasar antes por nuestra propia alma, que esta alma nos purifique hasta donde sea posible para enfrentar en su día la gloria de la estrella iniciática.
 
Conferencia 9 septiembre 1978

Vivir la Divinidad, la promesa de la nueva era

Así que la intuición no viene como un salto del plano físico mediante cierta célula estimulada del cerebro, sino que es un fluir a través de muchos siglos de tristeza, de esfuerzo y de agonía tratando de superar los conflictos del tiempo, tratando de vivir de acuerdo con una realidad presentida, tratando de salir del ruedo de lo rutinario, de lo habitual, tratando simplemente de ser en cada uno de los momentos de nuestra vida. Es como si dijésemos estar completos aquí y ahora, lo cual significa que si aquí y ahora que es el aquí y ahora del mañana y de cualquier momento de nuestra vida estaremos siempre dentro de la propia Divinidad, y ahí está la promesa para nuestra era de grandes profundidades y de grandes oportunidades, y también de grandes necesidades.

Conferencia 9 septiembre 1978

Revelando a Dios

Estamos tratando constantemente tratando de revelar la gloria de Aquel que es el Creador de todo. Y si en un principio de los tiempos estuvimos condicionados por la idea de que Aquello era algo aparte de nosotros y que la vida de la Divinidad era una vida muy diferente (de la nuestra) estamos equivocados. Nosotros a través de los átomos permanentes, a través de las espirillas, planos, colores o Rayos que se desarrollan en cada uno de los átomos permanentes estamos tratando de revelar a Dios; no estamos simplemente traficando con valores humanos, estamos siendo constantemente responsables del poder que se nos ha asignado de revelar a la Divinidad. Entonces, me pregunto si se darán cuenta por qué estamos aquí. Y ustedes están aquí con seriedad y con una gran intención, y significa que están proyectándose constantemente hacia la búsqueda de nuevos sentidos, no simplemente de facultades para asombrar a los demás, sino simplemente para ser más conscientes de Dios en cada uno de los planos de la Naturaleza. Si hemos desarrollado tres cuerpos, el cuerpo físico de una manera regular, el cuerpo emocional y empezamos ahora solamente a desarrollar algunas partículas del átomo permanente mental, ¿qué es lo que hay más allá? Hasta que no logremos conquistar la estrella mística de cinco puntas, lo cual significa que en cada uno de los planos físico, emocional, mental, búdico y átmico tendremos desarrollados cuerpos, lo cual significa también que seremos iniciados en cada uno de estos planos y que, por lo tanto, por obra y gracia de los ángeles, del Espíritu Santo que acumulan energía en estos cuerpos nos convertiremos en un Maestro de Compasión y de Sabiduría, ¿por qué no? No hay que limitar la fuerza de la mente, no hay que limitar nunca la expansión del corazón, no hay que limitar nunca el vuelo de la imaginación, hay que seguir adelante solamente dándonos cuenta de las limitaciones impuestas por la vida, pero al propio tiempo dándonos cuenta con tremenda seguridad de que Dios está en nosotros y que nosotros somos el oído, el tacto, la vista, el gusto y el olfato de la Divinidad.
 
Conferencia 9 septiembre 1978