1ª experiencia mística de Shamballa: la Luz de los planos sutiles

El día que pude introducirme en una de aquellas misteriosas galerías subterráneas, iba acompañado por R., mi amigo hindú, un Iniciado en los altos misterios de la Logia y un valioso colaborador en la obra del MAESTRO. Hace de esto muchos años, pero guardo de aquella experiencia mística de SHAMBALLA un recuerdo imborrable…

Las paredes de aquella galería por la que habíamos penetrado, refulgían intensamente, reflejando una intensísima luz azulada pero que, curiosamente, no hería mis percepciones visuales. No surgía aparentemente de ninguna lámpara, lo cual no dejó de intrigarme aunque no hice pregunta alguna al respecto a mi ilustre guía quien, como si me hubiese escuchado, me dijo sonriendo: “Esta luz es consubstancial con el éter, la substancia primordial que llena todos los universos, la cual, en este nivel donde nos encontramos, emite una substancia radiante desconocida por completo por los científicos del mundo, que ilumina todos los cuerpos que logran introducirse en él o que forman parte de su contenido.

La luz eléctrica utilizada en el mundo físico debe ser canalizada o distribuida por medio de cables y complicados sistemas de conducción. Sin embargo, en los niveles sutiles del plano físico, la luz es producida por la fulguración del éter o materia radiante y constituye la base de la iluminación en tales niveles. El tono azulado de esta irradiación que percibes es una característica radiactiva del subplano etérico donde nos hallamos.

Cada uno de los subplanos de cada plano en la vida de la Naturaleza ofrece una definida particularidad lumínica y es precisamente por esta luz que irradia de estas fuentes, que sus características vibratorias pueden ser definidas y cualificadas por los hábiles observadores».

La propia vida es la única disciplina

Pregunta.─ Le solicitaría a nuestro amado hermano que nos diga, qué ejercicio podría ser dado para todos nosotros, para unificarlo en un trabajo de conjunto, y que pueda ayudarnos a mejorar las energías y hacer la propuesta de despertarlas hacia lo que usted nos estaba diciendo hacia la nueva etapa, las nuevas fuentes que tenemos que tratar de explorar.

Vicente.─ Usted me hace una pregunta que me han hecho infinitas veces ya, porque todo el mundo quiere un ejercicio y siguiendo este ejercicio llegar a una finalidad, pero, ¿se dan cuenta de que cuando una persona ofrece un ejercicio está creando un karma?, de ejercicio precisamente. Como digo, estamos viviendo una era totalmente nueva y estamos adaptándonos a esta Nueva Era de una forma similar a como hicimos en el pasado, lo cual quiere significar que no podemos comprender exactamente qué es lo que esta era trae para nosotros. Si le ofrezco a Ud. o a Uds. una disciplina, Uds. se atan a mí por la disciplina y yo si se las doy me ato a Uds. por la disciplina. Me pregunto, y les pregunto a todos Uds., ¿podemos vivir sin disciplinas o hacer que la disciplina sea la propia vida? Es decir, si Uds. están muy atentos, como ahora, Uds. están naturalmente disciplinados sin que su voluntad intervenga, pero si doy una disciplina, Uds. adoptarán la voluntad, la plegarán a la realización de esta disciplina, y esta disciplina quizá no pueda ser adecuada para usted porque toda persona es singular, no es un rebaño, no constituye un grupo meramente inoperante o amorfo, sino que los grupos deben estar constituidos por singularidades individuales, es decir, con personas altamente dispuestas a la acción más allá de la disciplina. Cuando Ud. está muy atento ¿tiene usted una disciplina?, está atento sencillamente, está comprendiendo el alto significado de lo que se presenta a su opción o a su elección, porque cuando la vida nos presenta algo, este algo es una totalidad, no es un fragmento de una totalidad, es simplemente la totalidad, y si nosotros nos embarcamos en una disciplina, esta disciplina solamente podrá captar una pequeña parcela de esta absoluta realidad, y es por esto que jamás asigno disciplinas, pero les digo a las personas: estén atentos siempre, porque la atención no es una mera disciplina sino que es un deber social, y este deber social es el que hay que emprender como disciplina, si es que podemos asignarle este nombre a nuestro deber social. El deber social es ser humano y comprensivo con los demás, y muy profundo en el pensar, y esto jamás lo dará una disciplina.

Conferencia de 7 octubre de 1985

La magia y el orden trino de la manifestación

El término MAGIA tiene para el investigador esotérico un valor netamente esencial y absolutamente científico, ya que aprecia en la vida de la Divinidad una extraordinaria capacidad de síntesis, la cual, descompuesta en el orden trino de la manifestación: Intención – Idea – Forma, constituye la base de la Creación universal.

 

Esta es una idea que nos acompañará constantemente en la línea de nuestro estudio sobre la Magia organizada en nuestro mundo y muy particularmente en lo que hace referencia al centro planetario que llamamos Humanidad, habida cuenta que el ser humano siendo esencialmente una Mónada espiritual es también potencialmente una Tríada, que tiende a reproducir constantemente en su pequeña vida y a escala microcósmica, idénticos poderes mágicos que los que utiliza la propia Divinidad en la creación del universo. 

 

 

La utilización correcta de aquellos inherentes atributos creadores dependerá lógicamente del grado de evolución espiritual alcanzado por los seres humanos en determinados períodos cíclicos de la historia planetaria y a la consecuente integración con sus respectivas Tríadas espirituales constituidas, como esotéricamente se sabe, por Atma (la voluntad espiritual), Budhi (el amor incluyente) y Manas (la mente abstracta).

 


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El arte de la curación

Interlocutor.—Nosotros constituimos un triángulo en Castelar, que está en el oeste del gran Buenos Aires. Quisiéramos saber, en las curaciones por liberación, cuando la voluntad de morir es mayor que la de vivir, ¿cómo se debe actuar frente al enfermo y su situación actual, y frente a su situación karmática?

Vicente.— Uds. deben contar siempre con una voluntad de aquiescencia de las personas con las cuales Uds. trabajan, deben establecer una relación de armonía entre su trabajo, sus energías y la persona que ha de recibirlas.

No podemos quebrantar la voluntad de una persona si decide morir, pues suya es la voluntad, suyo es el propósito. Si con la comprensión de nuestras palabras no comprende la Ley, hay que dejar que la Ley se cumpla. Uds. saben el gran problema que se le planteó a nuestro Logos Planetario cuando dotó de mente individual a las unidades animales que habían llegado a cierto punto en su evolución, aquello que el Maestro Tibetano define como el hombre-animal, cuando dotó de voluntad propia a esta ingente masa de unidades que procedían del reino animal, sabía muy bien a lo que se exponía: que la voluntad incipiente de los hombres, sin conocer todavía las líneas maestras de su propio destino, se habían convertido en reactores o reacciones en contra de la propia Voluntad de Aquél que los había creado como seres humanos. Y el proceso continúa, y parte de la Gran Invocación va dirigida, como Uds. saben, a las pequeñas voluntades de los hombres, que no siempre están de acuerdo con la Voluntad del Creador, que hace muchas veces al revés de lo que la Ley pone vigentemente para que las gentes sigan un curso natural. Entonces, en la curación sucede algo, si el propio Dios nos permite tener una voluntad que incluso atenta contra la suya propia, ¿por qué no dejar que la voluntad de aquellos a quienes tratamos de ayudar no siga también su propio albedrío? Suya es la responsabilidad. Nuestro deber es trabajar, trabajar, a veces sin esperar recompensa alguna, pues el hombre tiende siempre a quedar preso al fruto de su acción. Es decir, que si actuamos tal como debemos actuar, la cosa se hará más allá de nosotros mismos, por lo tanto, si invocamos las fuerzas impersonales que están aquí, ahora y siempre, y tenemos la suficiente fuerza de invocación porque nacen de nuestra voluntad enteramente libre, genuinamente fuerte y siempre en bien de los demás como servicio, lograremos resultados realmente espectaculares. No hay que pretender nada aparte de trabajar correctamente. Así que hay que trabajar en la curación, como en todos los casos, de una manera muy libre y muy humana, lo cual significa que será una manera muy divina de trabajar. Y esto es lo que aconsejaría a todos los grupos esotéricos que están trabajando para la liberación del dolor del alma humana, sea cual sea el nivel donde el alma humana se esté manifestando: la unidad de servicio, y veo que hay muchas unidades de servicio en Argentina. Casi cada nación, casi cada ciudad, casi cada región del mapa terrestre tiene hoy día unidades de servicio, lo cual significa que están adheridos de una u otra manera a este gran cuerpo social interno del Nuevo Grupo de Servidores de la Humanidad. Y todas aquellas personas que deliberadamente trabajen en favor de la Humanidad están ayudadas por el Maestro, por el Grupo de Maestros, por la Gran Fraternidad y por todos los Ángeles del Sistema, así que hay que trabajar con optimismo. Si en un principio no notamos los resultados de la acción, no es que la acción no existe, se está manifestando vía interna, vía subjetiva, y en el momento oportuno vendrá una eclosión de vida, de energía, de pureza, de paz y de fraternidad y, entonces, Uds. se habrán dado cuenta de que realmente han trabajado y de que han sido bendecidos en su acción.

Conferencia 6 octubre 1985

Ángeles, Energía y Electricidad

La idea de escribir este Tratado Esotérico sobre los Ángeles obedece a una doble motivación, particular una y universal la otra. Particular en el sentido de que siempre me sentí atraído e intrigado por la vida oculta de la Naturaleza, especialmente en lo que hacía particular referencia a las entidades angélicas; Universal, porque soy consciente de que desde hace ya algunos años La Jerarquía Espiritual del Planeta, a través de sus distintos Ashramas, está entrenando a muchos cualificados discípulos en el «difícil arte» -un arte perdido como dirían quizás algunos investigadores esotéricos- de establecer contacto consciente con el mundo angélico a fin de acelerar el proceso de adaptación de la humanidad a las potentísimas energías que procedentes de la Constelación zodiacal de Acuario están penetrando en el aura etérica de nuestro planeta.