El pequeño deber social de cada día

Los devas están ahí, pero nosotros no estamos aquí, sin pasar nunca allí, el problema es éste, y el problema social, el problema de la curación, el problema de las enfermedades, el problema de la política, la sociología, la filosofía, la religión, y todos los problemas, están basados en el desconocimiento que tiene el hombre del cuarto éter, porque el cuarto éter es el punto de destino de las energías que provienen del cuarto subplano del plano búdico, que es el plano de la fraternidad universal. De ahí la necesidad de que establezcamos primero contacto con los devas del cuarto éter para, progresivamente, ser conscientes de los devas del cuarto subplano del plano astral, del cuarto subplano del plano mental, y del cuarto subplano del plano búdico, es una escalera de Jacob inmensa. ¿Y por qué no podemos hacerlo? ¿Cuándo lo haremos? Cuando no nos preocupemos tanto de los pequeños problemas materiales, de los pequeños problemas familiares, de los pequeños problemas sociales y de los pequeños problemas mundiales, porque hay problemas inmediatos que no resolvemos, que es lo que la vida te está mostrando constantemente, es decir, que cuando hablamos del servicio, por ejemplo, pensamos ya en allende los mares lo que podemos hacer para ayudar a las personas que pasan hambre, o las personas que pasan dificultades, o la propia dificultad de los reinos inferiores, avasallados por el hombre. Y nos damos cuenta que la verdad del servicio, el legítimo, el original, el sintético, que está aquí, en cualquier momento del tiempo, es decir, que si se nos presenta un problema inmediato es éste el que interesa al esotérico, porque en su propio mundo trabaja en muchas dimensiones, pero aquí se debe primero a sí mismo, en el sentido de ordenar su vida de una manera creadora, se debe a la familia porque es su karma particular, se debe a su profesión para ser cada vez más consciente en su profesión, hay ángeles de las profesiones, lo tengo dicho, ser consciente también del mundo social que le rodea, pero lo que no puede hacer el hombre es fraccionar su vida de una manera despiadada como lo está haciendo, o, por ejemplo, hablando en términos espirituales de meditación, o de yoga, o de cualquier cosa, olvidando el pequeño deber social de cada día. ¿Qué mejor meditación, desde el ángulo de vista esotérico, que cumplir con su deber social?, que es el compendio de su vida personal, familiar, profesional y de grupo. Y a partir de ahí se nos ofrece unas perspectivas inmensas, algo que está más allá y por encima de nuestras concepciones actuales.
 
Conferencia de 30 septiembre de 1982
 
2 octubre 2008

La noble tarea de remediar el mal

Los Ambientes Sociales Nacionales

Habida cuenta de que todo tipo de ambiente social, ya sea particular, familiar, profesional, grupal o nacional, es un producto de la imaginación humana expresada en forma de estados de conciencia, podríamos afirmar con todo sentido de lógica, que cada nación de la Tierra es psíquicamente y desde el ángulo del ambiente social, la suma de los estados de conciencia de todos sus ciudadanos, pudiendo colegir también de acuerdo con esta idea que habrá una Entidad psíquica de carácter dévico, que utilizando creadoramente las elaboraciones físicas, psíquicas y mentales de todos los ciudadanos de aquel país, determinará lo que técnicamente definimos como su Espíritu Nacional, es decir, su idiosincrasia particular, su singularidad psicológica, su manera típica de pensar y de enfrentar situaciones, así como la riqueza o pobreza del lenguaje que condiciona su grado de civilización y de cultura. De manera muy sutil y de acuerdo con unas significaciones ocultas que escapan por completo a nuestra ponderación mental, el Deva protector de un país -si podemos clasificarle de esta manera- es responsable también de la forma geométrica del territorio dentro del cual se circunscribe o crea sus fronteras, de la riqueza o pobreza del suelo nacional, de sus productos agrícolas o ganaderos y del desarrollo de la ciencia y de la industria en relación con otros territorios y naciones, no siendo tampoco ajeno dicho Deva a la estructuración de la forma de política o de gobierno que rige la vida de sus ciudadanos, los cuales, desde el ángulo oculto y de acuerdo con la ley del karma son la representación genuina de las verdaderas necesidades de los pueblos. Esta afirmación aparecerá sin duda como muy dura y arbitraria al superficial examen y quizás creerá el lector que estamos justificando de una u otra manera la actitud de los gobiernos despóticos, crueles o deshonestos con respecto a las naciones que por el dictado de una ley cíclica y kármica les ha tocado gobernar. No se trata de esto naturalmente, por cuanto todo ser inteligente y de buena voluntad reconoce de manera clara e incontrovertible la acción correcta o incorrecta, moral o inmoral dado que posee lo suficientemente desarrollado el sentido cualificativo del Bien y del Mal. Sin embargo, debo reiterar una vez más que el investigador esotérico suele ver las causas ocultas de los ordinarios acontecimientos externos y si bien por ética y acrisolados sentidos humanos experimenta una irresistible tendencia hacia el Bien y lucha con todas sus fuerzas para establecer sus leyes aquí en la Tierra, reconoce igualmente que en la vida de un ser humano, de una comunidad o de cualquier país, se está cumpliendo inexorablemente un destino de Justicia que los hombres deben tratar constantemente de reorientar, de comprender y de mejorar en todas las fases de su cumplimiento y desarrollo. El investigador esotérico acepta naturalmente frente a cualquier hecho y circunstancia la actitud impersonal que surge al considerar sus raíces kármicas, pero aún y admitiendo el destino de justicia que ha de cumplirse, su sensibilidad interna y su sentimiento íntimo de comprensión humana profundamente arraigados en su corazón, se entregará con todas sus fuerzas y capacidades a la noble tarea de remediar los males provocados por la incorrecta manera de gobernar un país, un sentimiento que surge triunfante de su corazón por efecto de sus contactos internos con SHAMBALLA, morada del Señor del Mundo y el verdadero centro de la Justicia y del Bien planetario. Bien, estas derivaciones, como comprenderán, son consubstanciales con la idea básica de llegar al fondo de una investigación oculta, que ha de llevarnos necesariamente a considerar la vida evolutiva de su Ángel regente y a las misteriosas relaciones de Éste con el Gran Señor planetario dentro de cuya aura magnética se mueven, viven y tienen su razón de ser todas las naciones de la Tierra.

Extracto tomado de “Los Ángeles en la vida social humana” págs 30 y 31.


25 septiembre 2008

La verdad, tendencia suprema del hombre hacia la fraternidad

 ¿Y qué nos importa a nosotros una persona que tenga muchos conocimientos intelectuales acerca de la verdad? Si la verdad no está en el conocimiento, ni está en el argumento, ni está en la conclusión, sino que por su propia naturaleza es volátil, como la mónada y, por lo tanto, es fugitivo como el aire, la verdad es así. No podemos captar la verdad por el simple razonamiento, ni tratar de aprehenderlo porque el aire se nos escapa, ¿verdad? Sabemos que está ahí, pero no lo podemos coger, así es de fugitiva la verdad. Entonces, para captar la verdad se ha de convertir uno en la propia verdad. No puede captarse la verdad desde un punto equis del espacio, o desde el tiempo, es decir, esta es la verdad. Y, sin embargo, sobre la verdad se han creado las teologías, se han creado las doctrinas, se han creado las religiones, se ha creado un sistema de valores sobre algo que la gente desconoce lo que es. Es decir, que una simple experiencia de la verdad, de cualquier discípulo, ha amontonado una serie de conocimientos y de doctrinas que se ha convertido en una religión, pero ahí nos está la verdad, está una pequeña verdad fraccionada, envuelta en una serie de argumentos mentales o místicos, pero la verdad no esto. Entonces, ¿qué es la verdad, que es lo que nos interesa captar? Cuando ya no la perseguimos, cuando de la vida no creamos un objetivo definido, entonces, paradójicamente, se define la verdad. Y es la verdad la que nos debe salvar, no el simple conocimiento de una pequeñísima verdad, teniendo en cuenta que todos tenemos una pequeña verdad conquistada a través del sacrificio de muchas vidas quizás, y llegamos aquí y tratamos de reunir sin resistencia un pequeño esbozo de la verdad que conocemos y constituimos un grupo, y este grupo tiene importancia, primero, porque la luz captada de la verdad por la experiencia de cada cual no reacciona contra la luz de la experiencia captada por otra persona  del grupo y, entonces, se convierte aquello en un bloque de verdad que puede atraer por simpatía vibratoria, científicamente dicho, esas energías de la verdad constantemente renovada que está en el espacio universal. Al no haber reacción, la verdad se manifiesta como la tendencia suprema del hombre hacia la fraternidad. No podemos apartar la verdad de la fraternidad, como no podemos apartar el conocimiento de la sabiduría, son consustanciales, teniendo en cuenta que la sabiduría es la verdad y que el conocimiento es una pequeña parte de la verdad. O cuando hablamos del amor y lo circunscribimos a nuestro pequeño amor personal, pero también sabemos que si amamos intensamente, con la intensidad más profunda, en la intensidad de este amor empezamos a reflejar de alguna manera la vida o el amor universal. Me parece que si comprendemos esto, los argumentos que se puedan ya agregar son ya, digamos, superficiales, podemos extender la idea al infinito, pero básicamente es ésta.


Conferencia de  30 septiembre 1982

 

18 septiembre 2008

Atención y fraternidad

Interlocutora. — Qué preciosidad es cuando se encuentran verdades en nuestro interior, entonces es cuando el ser empieza a ser universalista porque comprende que todo es verdad en el Todo y, entonces, es cuando comprende, o sea, sabe respetar la verdad de todos, porque como tú has encontrado en ti la verdad que te regocija pues, claro, comprendes que todo está en el Todo. Cuando descubres esta verdad yo encuentro una grandeza infinita, y con respecto a la atención, si verdaderamente estuviéramos atentos como tú dices, toda la vida es un símbolo que nos habla, todos los aspectos nos hablan de la manifestación, o sea, podríamos decir de Dios, o del reflejo de Dios.

Vicente. — Exacto. Si Dios está en todo, está también en los acontecimientos sociales. En consecuencia, una persona debe estar atenta a todo cuanto ocurre, estado que técnicamente podríamos decir informar de todo cuanto ocurre, porque eso es atención; la atención no es que ahora estemos aquí en esta pequeña sala y sea fácil el aprender la atención. La atención es total, porque trasciende el límite de lo individual, de lo familiar y de lo pequeño social que nos rodea, para trasplantarse o trascender al ambiente cósmico, y esto naturalmente lo han olvidado los inveterados creadores de disciplinas; y más, cuando a una disciplina se le asigna una cantidad todavía es más grave el error, el karma podríamos decir, porque no puede haber componenda entre el hombre y Dios, siendo que el hombre es Dios en esencia, limitado solamente por la substancia de sus cuerpos expresivos. Si introducimos a través de la aspiración superior, manifestada en forma de atención, un contenido cada vez más sutil a nuestros vehículos, éstos perderán peso, la mente no se sentirá ligada al intelecto aunque podrá utilizar el intelecto simplemente para expresar verdades, tampoco se sentirá ligado al corazón porque las emociones violentas no tendrán cabida en él, debido a que cada vez parcelas más prodigiosas de sentimiento creador están introduciéndose en el corazón y están haciendo que reconozca la verdad en cada cosa y en cada situación. Y cuando se ve reflejada la verdad desde el corazón en la verdad de todos los corazones, entonces, somos fraternales, no antes. Ya estamos cansados de emplear términos como Dios, fraternidad, verdad, suntuosidad máxima, aspiración de una manera simplemente emotiva o intelectual. Hay que prestarle todo el alcance del movimiento mental a la búsqueda de la verdad y el corazón debe asentir, debe estar dispuesto a darlo todo. Es la única manera en que el hombre se hace fraternal.


Conferencia de 10 de diciembre de 1977

 

11 septiembre 2008

La atención y el milagro de la Ascensión

Interlocutor. — El hermano ha manifestado que por la meditación se pierde peso.  Ahora bien, al perder peso esto significa que el peso lo adquirimos por el pensamiento en la visión de las cosas que hemos hablado. Bien, como ha manifestado también el hermano que, por ejemplo, por las técnicas no se puede conseguir tampoco, digamos, ese punto de desengancharnos del peso, de volver a alcanzar ese punto donde se encuentra la verdad, ahora bien, para poder conseguir ese punto debemos de estar –según usted manifiesta– dentro de nosotros mismos, siempre, o sea, para no despistarnos, para no perder el punto inicial de comunicación con el Universo. ¿De qué manera puede uno estar dentro de sí mismo?

Vicente. — Usted está tratando de que le dé una disciplina, lo que no voy a hacer, porque sería negar todo cuanto he estado diciendo hasta aquí. Yo digo una cosa y de paso le responderé: si usted está interesado en descubrir la Verdad la intensidad de este descubrimiento que hoy se está realizando en su corazón es suficiente, usted no precisa de ninguna otra técnica, cuando usted está escuchando atentamente una melodía que le gusta extraordinariamente usted no debe esforzarse, pues bien, cuando usted esté tratando de descubrir la verdad con la misma unción y recogimiento místico y con la perfecta atención con la que está escuchando su melodía favorita se dará cuenta de que la técnica es inútil, y que todo concepto de verdad disciplinaria que existe desdichadamente en nuestros días es solamente un intento de coartar el espíritu de verdad que está en todas las cosas y noblemente en el ser humano. Seremos conscientes, al propio tiempo, de que la única forma de alcanzar la Verdad es liberando a la mente de toda disciplina, pero, al propio tiempo, depositando el énfasis únicamente en la atención, una palabra aparentemente sin sentido para algunos, pero me pregunto, ¿cuántas veces durante el día estamos atentos? ¿Cuántas y cuántas cosas pasan ante nuestra visión mental o dentro del campo perceptivo de los sentidos sin que les prestemos atención, dicho de otra manera, prestamos atención únicamente a aquello que nos gusta, como si –ya estamos con aquello del conflicto entre el bien y el mal– aquello que no nos gusta no fuese también un mensaje de la Verdad. Entonces, la verdad brota espontáneamente, como la fuentecita de los bosques, espontáneamente, cuando la persona está interesada realmente en descubrir la verdad, no está ya dispuesto a aceptar más normas ni disciplinas, no está ya dispuesta a seguir la opinión de otras personas, cuando se libera de la tradición y del concepto místico tradicional, cuando empieza realmente a ser entonces se realiza el misterio y el milagro: la Ascensión. Pierde peso porque la atención hace que uno se olvide de sí mismo, siendo el recuerdo de sí mismo el egoísmo y el olvido de sí mismo en la acción el altruismo, como decía la señora.
 

Conferencia de 10 de diciembre de 1977

4 septiembre 2008